La almohada con la que dormimos determina en gran medida la calidad de nuestro descanso, por tanto, una buena elección será muy provechosa.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es la
postura que adoptamos al dormir.
- Si duermes boca abajo necesitarás una almohada blanda y bastante plana o ninguna.
- Si duermes boca arriba necesitarás una almohada gruesa pero no demasiado para que soporte el peso de la cabeza y permita al cuerpo estar alineado. Si es muy gruesa empujará tu cabeza hacia adelante y si es muy blanda la cabeza se hundirá en el colchón.
- Si duermes de lado necesitarás una almohada firme y gruesa para ayudar a sostener el cuello y la columna recta.
- Si cambias mucho de postura y no tienes una posición concreta al dormir porque te mueves mucho necesitarás una almohada de grosor medio y mas bien blanda para que se adapte a las diferentes posiciones.
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